martes, 9 de abril de 2013

Habla una muchacha que se ha ahogado





Ophelia (J.E. Millais, 1852)




HABLA UNA MUCHACHA QUE SE HA AHOGADO

Ojalá no hubieran demostrado la cruel clemencia
de rescatar mi cuerpo ahogado del río
que en su paz me sepultó, hasta su superficie
de autopsia, y entierro y formas:
este, que era mi último deseo, podría haberse hecho realidad:
que cuando las olas hubieran arrastrado por fin
los restos de mi carne, el cráneo permaneciese, 
pero trocado en cristal. Las cosas afuera 
que mirara antaño, entrarían flotando
por las cuencas que las miraron: a través
de las cavernas ahuecadas del cráneo, se precipitarían
sólidos peces fosforescentes, donde solo existieran
sus simulacros en el cerebro.




Stephen Spender (1909-1995)
Ausencia presente y otros poemas
(Trad. de Eduardo Iriarte)
Lumen, 2007.




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- El poema del día

- Esa dosis diaria de suicidio


4 comentarios:

Silvani Reyes-Vassallo dijo...

Cuando postea un poema suyo?

Lizardo Cruzado dijo...

Ejem, erb, gracias por la pregunta, Silvani, y gracias por tus visitas al blog. He visitado los tuyos y me parecen muy sugestivos, mmm, ¿por el Norte ya está también cambiando el clima, no?
Ja, ja, es broma, en realidad, cómo te explico, a ver, mmm... Ya, no, o sea... cualquier día día estos lo hago, te diré , cualquier día de estos, ja, ja ;-)
Gracias nuevamente, Silvani.

Silvani Reyes-Vassallo dijo...

En la ultima feria del libro de Trujillo me encontre
con un libro llamado Este cuerpo es mio, el cual me acompana desde entonces cada manana. Es muy bueno, le sugiero le de una leidita.
Y tomese algo para esa garraspera.

Lizardo Cruzado dijo...

Ja, ja, me hace recordar a un poemario que se llamaba "Este es mi cuerpo" y que le publicaron a un jovenzuelo que se llamaba como yo, allá por 1996. ¿No se tratará del mismo, no? Ni me imaginaba que todavía existiesen ejemplares, qué sorpresas que da la vida, ja, ja.
Respecto a la "garraspera", ejem, es psicógena, ¿sabes? es que la psiquiatría no inmuniza contra la psicopatología, ja, ja, o que diga, ejem, ejem...
Un abrazo y gracias por tu comentario, Silvani.