lunes, 24 de septiembre de 2012

Mistificaciones del SPECT (o el nuevo Gall)






El deseo de diagnosticar en psiquiatría a partir de la imagen y apariencia del cerebro ha sido un proyecto acariciado desde lejanos tiempos: quizá el ejemplo más estrambótico de este intento sea la frenología de Gall en el siglo XIX, donde en base a la apariencia y medida de las protuberancias y depresiones craneanas, supuestamente se podían deducir rasgos y potencias mentales con resultados, no es necesario remarcarlo, infructuosos y hasta disparatados.

Desde luego, los caminos de la ciencia son enrevesados y dispares y todo intento y proyecto tiene su mérito en su respectiva circunstancia, pero ello no obsta para que el hombre de ciencia deba reconocer las limitaciones de toda empresa novedosa y controvertida y use juiciosa y éticamente el recurso tecnológico disponible.

El SPECT (Single-photon emission computed tomography) es una técnica de imagenología nuclear donde a partir de la inyección de una sustancia radiactiva se puede determinar el flujo sanguíneo cerebral o de otros órganos, mediante la captación de la respectiva radiación en una cámara gamma. El rango de discriminación de las imágenes es de 10 milímetros a más (una resolución bastante baja), y tiene mayor uso en el estudio de órganos como el corazón y el hígado.

Un artículo reciente en el Washington Post nos relata el auge y popularidad en Norteamérica del psiquiatra  Daniel Amen quien ha labrado toda su fortuna en base al SPECT, proclamando que en base a dicha técnica puede hacer diagnósticos y pronósticos de problemas psiquiátricos mil. Sin embargo, pese a su millonaria fortuna, y mientras pudiera creerse que es un respetadísimo psiquiatra avant garde en las neurociencias, la verdad es que su reputación es tributaria del oportunismo y la vitanda desvergüenza. El SPECT cerebral puede tener alguna utilidad en la investigación básica de grandes números de personas pero no parece ser que en casos individuales esta técnica imagenológica sea poseedora de atributos como los pretendidos.

Así, J. Lieberman, expresidente de la American Psychiatric Asociation, opina: "lo que Amen hace es un equivalente moderno de la frenología". Y otros destacados miembros de la psiquiatría y las neurociencias en el país del norte recalcan que la pretendida maravilla del SPECT no es sino añagaza, truco y timo, y que los alardes de Amen carecen de base científica. 

Añagaza, truco y timo que cuestan 3500 dólares la sesión y han labrado la fortuna de Amen, basta visitar su página web para apreciar sus innegables dotes "empresariales": ahora promociona no sólo su aparato de SPECT sino también suplementos nutricionales, libros y videos de autoayuda, etc.

Un estudio reciente en American Journal of Psychiatry revisa la utilidad de la resonancia magnética funcional (una técnica mucho más sofisticada que el SPECT) en el estudio cerebral de pacientes deprimidos y encuentra que hay hallazgos consistentes en cuanto a mayor actividad del núcleo pulvinar (en el tálamo) lo que explicaría la mayor predominancia mental que el individuo afectado tiene de pensamientos, recuerdos y afectos negativos y la dificultad de someterlos a reprocesamiento en el córtex prefrontal, dada la hipoactividad dopaminérgica en el estriado y áreas que conectan con la mencionada área cortical. Por supuesto, se trata de investigación destinada a conocer mejor el funcionamiento del encéfalo afectado por la depresión y no de un método "diagnóstico".

Cosas que se ven en Norteamérica, ¿no? Y pensar que la web del Dr. Amen no hace mención para nada a Gall.

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ENLACES:


The Dark Side of Diagnosis by Brain Scan, en el blog The Neurocritic.

- Web de The Amen Clinics.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo que en EEUU? Eso también pasa en el Perú y en Lima y con alguien cuyo apellido se parece al de Gall...

Tony Chávez Uceda dijo...

Que un neuro fisio psiquiatra ofrezca libros de auto ayuda es tan gringo, como la vez que en la farmacia Walgreens en Houston, vi que estaban vendiendo botellas de vino y paquetes de Marlboro.