viernes, 31 de octubre de 2014

La salud mental es más importante que la psiquiatría








Trabajo en un lugar llamado Instituto Nacional de Salud Mental. Desde luego, no existe definición completamente satisfactoria de lo que es "salud mental", y no la hay siquiera de lo que es simplemente "salud". Pero intuitivamente uno puede asumir que salud mental tiene que ver con la forma en que vivimos, nuestro estilo de vida y la escala de valores respecto a lo que consideramos prioritario o de segundo orden en nuestra conducta y nuestro diario quehacer.

Cada vez son más frecuentes las consultas cuyo motivo no es una enfermedad psiquiátrica en el sentido clásico del término (esto es, por melancolía, esquizofrenia, psicosis maniaco-depresiva o trastorno obsesivo-compulsivo) sino por vicisitudes de la vida humana cotidiana o por los golpes del destino ("los heraldos negros que nos manda la muerte", al decir vallejiano) y que no pueden capearse.

Pero hablar de salud mental y estilo de vida no necesariamente es asunto que los médicos saben y dominan por el solo hecho de ser médicos. Muy por el contrario, muchas veces los médicos tienen un estilo de vida insano y penoso: consumista, crematístico, acumulatorio, trabajólico. Y si, en el caso de los psiquiatras, han cedido a la psiquiatrización y psicofarmacologización galopante de la existencia humana, muy probablemente quien acude a la consulta podría salir con una receta de psicofármacos endilgada, y de más de un psicofármaco probablemente, aunque ninguno realmente necesario, y menos dos o tres.

Se establece así un círculo vicioso y penoso (gente que acude por un sinsabor de su existencia y sale diagnosticada como "Bipolar II", personas que tienen dificultades en su adaptación por diversas contingencias vitales y resultan siendo supuestos casos de "TDAH del adulto"). Y aunque la consulta psiquiátrica sigue siendo resistida y estigmatizada (en estos casos con justa razón), cada vez más son los psicólogos que recomiendan a sus usuarios que visiten al psiquiatra "para que los mediquen y resulte mejor la terapia". No hay escapatoria en muchos casos así.

Carentes del soporte social que otrora brindaban los parientes provectos y experimentados, los ancianos de la tribu, los pastores de la grey, ahora los psiquiatras bisoños, muchas veces premunidos apenas de su ingenua buena intención y de su arsenal de psicofármacos, se yerguen como árbitros de la normalidad y la anormalidad (y el médico usualmente conoce solo y a lo más de anormalidades) con los resultados lamentables y consiguientes que vemos cotidianamente por doquier.

Textos como el de Ortiz-Lobo (autor del imprescindible Hacia una psiquiatría crítica) que ahora traemos a colación: El malestar que producen los problemas de la vida, propende justamente a que seamos capaces de desdiagnosticar y desmedicalizar eventos y sinsabores de la existencia que llegan a nuestra consulta y reconozcamos y restablezcamos los sistemas homeostáticos de individuo, familia y colectivo grupal, sin la muleta espuria del DSM y los ISRS's, a los que somos tan acríticamente adictos.

Pienso en que un granito de arena ponemos nosotros al viento cuando despachamos a los rotantes de nuestra emergencia psiquiátrica al promediar la temprana tarde rumbo a sus enamoradas(os), sus pasatiempos favoritos, sus horas de solaz y esparcimiento feliz con el recordatorio de que cuiden su salud mental pues, más que la psiquiatría, esta es la primera que debemos conocer, respetar, mimar y nunca descuidar.





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ENLACE:

- Ortiz-Lobo A, Sobrado AM. El malestar que producen los problemas de la vida. AMF. 2013;9(7):366-372



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miércoles, 29 de octubre de 2014

Anécdotas borgianas





Borges en Colombia, 1978.




DEPRE


Bioy: ¿Sabías que hay gente que en vez de depresión dice "depre"?

Borges: Está bien. Parecería que están tan deprimidos que no tienen fuerza para terminar la palabra. Además, he notado que la gente se enorgullece de estar deprimida. Lo mismo podría enorgullecerse de tener dolor de muelas.




PSICOFRÍO

En el centro del invierno, doña Leonor hacía vestir a Borges con calzoncillos largos de lana, camiseta y peto de lana. La opinión de Borges: "Tendré frío por usar todo esto. Da la idea de frío."




FREUDERÍAS

Sobre el psicoanálisis: "Que raro que se expliquen textos literarios o actos de la conducta humana por hipótesis que no se han demostrado, que tal vez no sean demostrables." Y hace referencia a una interpretación psicoanalítica de las novelas policiales según la cual "el detective representa al niño que fuimos, indagando las relaciones sexuales entre los padres." Y concluye: "Tristes locuras obscenas". En una reunión de la que participaban varios psicoanalistas, uno de ellos dice que los refugios subterráneos que se construían en previsión de un ataque atómico demostraban la obsesión del hombre por volver al útero materno. "Yo le pregunté entonces qué haría él si fuera a estallar la bomba. ¿Proponer que se levanten mástiles para esperar en lo alto la explosión?"






En: Paoletti M. El otro Borges. 
Bs. As.: Emecé; 2010.





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lunes, 20 de octubre de 2014

La saliva y el salivazo








"Saliva is a watery mucoid secretion kept in the mouth; spittle is the same thing spit out. These common human phenomena epitomize the basis of most ethical judgements: what is inside is ours, is good; what is outside is not ours, is bad."


"La saliva es una secreción acuosa y mucoide que tenemos en la boca; el salivazo es la misma secreción pero arrojada fuera. Estos fenómenos humanos anodinos representan la base de la mayoría de nuestros juicios éticos: lo que está dentro de nosotros y es nuestro, es bueno; lo que está afuera no es nuestro y es malo."




Szasz T. Heresies. 
New York: Doubleday; 1976.




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lunes, 6 de octubre de 2014

Psicosis inducida por fármacos antituberculosos: un caso asociado a cicloserina




Estructura tridimensional del receptor NMDA de glutamato. 



En países como el nuestro (tercermundista, en vías de desarrollo, latinoamericano y subdesarrollado) la tuberculosis es un problema de palpitante actualidad. Pero en países primermundistas, desarrollados y europeos y norteamericanos, la tuberculosis ha vuelto a ser un problema de palpitante actualidad, dado el avance de infecciones como aquellas asociadas al Virus de Inmunodeficiencia Adquirida. En tal entorno, hermanado por estas adversas y lamentables circunstancias, conocer el manejo de posibles efectos adversos neuropsiquiátricos de los esquemas diseñados para el combate de la tuberculosis es un imperativo que puede asomarnos a las hipotéticas bases neurobiológicas de algunos fenómenos psicóticos, aún cuando todas sean hipótesis más o menos certeras y probables vislumbres.

Adicionalmente, adaptar los esquemas estipulados de manejo a las circunstancias tan particulares de nuestro quehacer, donde eliminar un antituberculoso de segunda línea no siempre será lo más conveniente y beneficioso, es una pauta imprescindible y a tener en cuenta en casos como el que pretendemos rescatar en este breve reporte de nuestra práctica diaria.



Estructura plana de la molécula de cicloserina.












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ENLACE:


- Arias-Gutiérrez M,  Cabrejos-Novoa C, Núñez-Moscoso P, Valera-Guerrero V, Cruzado L. Psicosis inducida por fármacos antituberculosos: un caso asociado a cicloserina. Rev Neuropsiquiatr. 2014. 77 (3); 179-183.



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martes, 30 de septiembre de 2014

Medicina que todo lo cura es locura










"A más doctores, más dolores".


"Camisa que mucho se lava y cuerpo que mucho se cura, poco dura".


"Corazón en llaga, no lo curan ni médicos ni boticarios."



"Dios pone la curación y el médico se lleva el doblón."



"Doctores indoctos, nunca hubo pocos."



"Definición de cirugía: 

sacar de tu bolsa y poner en la mía".


"Dolor contado, dolor aliviado."



"En medicina, como en todas las cosas, las novedades son peligrosas."



"Enfermedad que no estorba para dormir ni comer, 

poco médico ha de menester."


"La enfermedad del delicado:

que nunca está enfermo y qué nunca está sano."


"Fácil es recetar pero difícil curar."



"Los enfermos se curan en los libros, 

y se mueren en la cama."


"El tiempo sana al paciente, que no el ungüento."



"Las mejores inyecciones son chorizos y jamones."



"La buena naturaleza de un enfermo vence a la mala enfermedad y al mal médico."



"Mal que sana durmiendo, ya lo entiendo; que se hizo bebiendo."



"Más matan las recetas que las escopetas."



"Mientras no venga la muerte, 

comer bien y peer fuerte."


"Médico, manceba y criados,

 son enemigos pagados."


"Ni con cada mal al médico, ni con cada pleito al letrado,

ni con cada sed al jarro."


"No es buen médico el que desahucia al enfermo."



"Pies calientes, culo corriente y orina clara,

y aunque la medicina no se inventara."


"Porque los loros no tienen médico, viven siglo y medio;

que si los tuvieran, cincuenta años no vivieran."


"Quien a médicos no cata o escapa, solo Dios mata;

quien a ellos se ha entregado, un verdugo bien pagado."


"Salud es al enfermo la alegre cara del médico."




Es asombroso cómo la sabiduría popular representada en los precedentes dichos y refranes, auténtica y enraizada, verdaderamente vernácula, nunca perdió un saludable escepticismo respecto a la medicina, desde aquella época en que sólo ofrecíamos sangrías y enemas y purgaciones. Viendo la época actual, donde sobrevivimos asustados por riesgos innumerables y erróneamente catalogados como enfermedades, donde la medicalización amenazante campea a cada paso que damos, es saludable recordar frases de sapiencia mínima y pedestre como las enunciadas, dignas del caletre de un pícnico sintónico, a veces salutíferamente vulgar y rústico, como Sancho Panza, gobernador sempiterno de la ínsula Barataria.

Todo esto venga bien a raíz de una reciente entrevista que Allen Frances, forjador del DSM-IV, brindó críticamente y donde advirtió contra los riesgos de la malhadada psiquiatrización de la vida cotidiana:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/09/26/actualidad/1411730295_336861.html

Ya se dijo: ¡Psiquiatría que todo lo cura es locura!


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- La tranquilización


domingo, 21 de septiembre de 2014

Apología brevísima de los neuróticos








"Todo aquello que conocemos de grande proviene de los nerviosos. Son ellos y no otros quienes han fundado las religiones y compuesto las obras de arte. El mundo nunca sabrá todo lo que se les debe y, sobre todo, lo que ellos han sufrido para dárselo. Apreciamos la fina música, los bellos cuadros, mil delicadezas, pero no sabemos lo que ellas han costado a quienes las inventaron, de insomnios, de llanto, de risas espasmódicas, de urticarias, de asmas, de epilepsia, de una angustia de morir que es peor que todo eso."


Marcel Proust, Le côté de Guermantes.
(Traducción de Héctor Pérez Rincón.) 



Los neuróticos: aquellos prójimos proclives a la angustia, la culpa, la aprensión, el reproche, la inhibición, la duda, el escrúpulo, la rumiación preocupada, la anticipación catastrófica, la rigidez ordenancista, el apocamiento tímido, la autoconciencia exacerbada, la inseguridad desasosegante, la vergüenza y el sonrojo, la obsesión y el bochorno, el pesimismo y la astenia, la fobia y el insomnio, la inestabilidad, la conflictividad, la pobre imagen de sí mismos, la rigidez frágil que no evita desmoronamientos y el agobio perenne de inasibles miedos.... Los neuróticos somos legión y deambulamos con nuestras cuitas desatendidas o, lo que es peor, mal atendidas y mal entendidas.

Ya lo dice Sims en sus "Síntomas Mentales": "Subjetivamente, el individuo neurótico  se describe a sí mismo como alguien incapaz de afrontar los problemas o capaz de afrontarlos únicamente con un esfuerzo supremo y un estrés considerable."  Por distintas razones, el término y el concepto, preñados de historia y conceptuosidad y luenga tradición, fueron desechados de las clasificaciones diagnósticas actuales, con el lamentable -entre otros- resultado de que se ha introducido el concepto socorrido y huero de "comorbilidad". Y es que los trastornos neuróticos no son tan diferenciados unos de otros, por lo que es frecuente que un individuo neurótico "mude" de un diagnóstico a otro al progresar el tiempo: cambiar la etiqueta sin reconocer ampliamente el sustrato de la personalidad del sujeto neurótico resulta en un ejercicio poco productivo y hasta trivial. La neurosis es un modo de ser más que un estado.

Por ende, así como campea todo un embate psiquiatrizador de la existencia humana, no ha sido distinto con las vestiduras de la neurosis dadas en suerte entre distintas categorías diagnósticas y cosificadas para la posteridad. Ya no hay libros con perspectivas distintas y refrescantes como aquel de inolvidable y aleccionador título: "Alégrese de ser neurótico" de Louis Bisch (el Papa Francisco lo trajo nuevamente a la memoria con su afortunado recuerdo hace poco).

Jacques Postel, historiador de la psiquiatría lo puso muy claramente en negro sobre blanco: "¿Hay que felicitarse o hay que temer que con su supresión (de la neurosis) sea el hombre enfermo el que ha sido esfumado o eliminado, negándosele el ver y tratar todo lo que está detrás de su comportamiento y de sus síntomas?

Lamentablemente, qué duda cabe que sí. El artículo de José Lázaro -enlazado abajo- brillante psiquiatra español que ha honrado las páginas de nuestra Revista de Neuro-Psiquiatría con una revisión sobre el caso histórico de las neurosis, lo explica de meridiano modo.